Por azares de la naturaleza o caprichos del hombre; se construyó encima del gran salón de las famosas Cuevas de Bellamar. Con estructura de ranchón tradicional, fresco, de gran visualidad con cuatrocientas personas de capacidad, distingue sus ofertas de comida tradicional, rapidez, buen trato y su excelente relación calidad-precio.
El ambiente campestre se complementa con sus variadas ofertas, como la posibilidad de una suerte de camping, donde la familia pase el día y prepare su asado, o sus ofertas de coctelería variadas y sus famosos chicharrones de cerdo.